Un breve extracto de su libro sobre exégesis moderna y teología. Muy valioso para comprender la crisis de la moderna exégesis.
La Interpretación bíblica en conflicto: Problemas del fundamento y orientación de la exégesis contemporánea
(extraido del libro: L’ESEGESI CRISTIANA OGGI, del cardenal Ratzinger , Joseph Casale Monferrato 1991)
En los últimos cien años la exégesis ha realizado grandes cosas, pero también ha cometido grandes errores; y estos errores se ha convertido casi en dogmas académicos y atacarlos es considerado por algunos nada menos que un sacrilegio, sobre todo si estas críticas provienen de alguien que no es exégeta. Sin embargo, un exégeta eminente, Heinrich Schlier, había advertido desde hace tiempo a sus colegas que no malgastaran su tiempo en banalidades[1]. Joachim Glinka ha dado una expresión concreta a esta advertencia, cuando reacciona contra la excesiva importancia atribuida a la historia de las tradiciones[2].
En la misma dirección, quisiera formular las siguientes desideratas:
- Parece que ha llegado el momento de una nueva reflexión a fondo sobre el método exegético. La exégesis científica debe reconocer que en un buen número de sus axiomas fundamentales está presente el elemento filosófico, y debe, por tanto, reconsiderar críticamente los resultados fundados sobre estos axiomas.
- No se puede estudiar la exégesis de modo unilateral, sincrónico, como se hace para los descubrimientos de las ciencias naturales: éstos no dependen de su historia, sino sólo de la precisión de los datos de las medidas. La exégesis, por el contrario, debe reconocer que es una disciplina histórica. Su historia es parte de lo que ella es, y las posiciones que va ganando debe integrarlas siempre en la totalidad de su historia. Así estará. por un lado, en la posición que le permita reconocer el carácter relativo de sus propios juicios; y, por otro lado, estará mejor situada para penetrar en una comprensión real, aunque siempre incompleta, de la palabra bíblica.
- Los métodos filosóficos y los de las ciencias de la literatura son y seguirán siendo de una importancia decisiva para una correcta exégesis. Pero para poder usarlos de modo verdaderamente crítico -sobre todo mirando a los textos que ponen tales exigencias- es necesario todavía conocer las implicaciones filosóficas del proceso de interpretación. El estudio autocrítico de la historia propia debe también ser un examen de las alternativas filosóficas esenciales del pensamiento humano. La consideración de solamente los últimos ciento cincuenta años es claramente insuficiente. Es necesario también tener en cuenta en la discusión las grandes propuestas del pensamiento patrístico y medieval. En fin, es igualmente indispensable reflexionar acerca de las opciones fundamentales de la Reforma y sobre la elección de caminos que implica en la historia de la interpretación.
- No son necesarias ahora nuevas hipótesis sobre el “Sitz im Leben”, sobre las posibles fuentes o sobre el proceso subsiguiente de la tradición. Lo que sí necesitamos absolutamente, es una mirada crítica sobre el panorama exegético actual, para volver al texto y distinguir las hipótesis fecundas y las inutilizables.. Sólo con esta condición se puede abrir una nueva y fructuosa colaboración entre la exégesis y la teología sistemática. Sólo por este camino la exégesis podrá ser de verdad, servicio a la comprensión de la Biblia.
- Finalmente, el exégeta debe caer en la cuenta de que no habita en una región neutra, por encima o por fuera de la historia y de la Iglesia. Pretender que se puede acceder directamente a lo que es puramente histórico no puede no producir cortocircuitos. El primer presupuesto de cada exégesis es aceptar la Biblia como un único libro ([3]). Haciendo esto, la exégesis ha escogido ya una posición que no resulta de un abordaje meramente literario. Ha comprendido que este texto literario es producto de una historia que tiene una cohesión interna propia, y que esta historia es el verdadero lugar de la comprensión. Pero si la exégesis quiere ser también teología, debe dar otro paso: debe reconocer que la fe de la Iglesia es la forma de “simpatía” sin la cual la Biblia es un libro sellado. Debe llegar a entender esta fe como una hermenéutica, como el lugar de la comprensión, que no hace una violencia dogmática a la Biblia, sino que le da, precisamente, la oportunidad de ser ella misma de verdad.
Volvemos así a nuestro punto de partida. Los callejones sin salida del método crítico nos han mostrado, una vez más, que la comprensión no es posible sin alguien que comprenda; esta es la clave sin la cual el texto no tiene nada que decir a nuestro tiempo. El gran mérito de Bultmann ha sido el de haber hecho evidente la necesidad de la hermenéutica, aun cuando quedó prisionero de presupuestos que quitan en gran parte valor a sus conclusiones. Quizá la aporía de los intentos actuales puede ayudarnos a comprender, de un modo nuevo, que la fe es verdaderamente ese espíritu en el que ha nacido la Escritura, y que es también la única puerta para penetrar en su interior.
Como contraprueba, pude ayudarnos otra vez Santo Tomás; él nos ofrece una síntesis de la reflexión filosófica de más de milenio y medio En él, la naturaleza, los astros, las cosas en general, la vida, el tiempo, siguen un curso determinado o sea un movimiento orientado hacia un fin.. Una vez que las cosas han alcanzado su fin, se puede ya descubrir el verdadero sentido que, por así decir, estaba escondido en ellas. Este sentido que se manifiesta al final del movimiento va más allá del sentido que se podía deducir en cada etapa del recorrido. “Este nuevo sentido pre-supone la existencia de una providencia divina, la existencia de una historia (de salvación) que llega a su final”. Por lo tanto, la acción de Dios aparece como principio de inteligibilidad de la historia. El principio que crea la unidad de la historia pasada y presente, “el principio que confiere un sentido a la historia, es el acontecimiento histórico de Cristo. El mismo da también al futura su propia unidad”. “Las épocas de la historia humana son unificadas por una acción”, la acción de Cristo; sobre ella descansa la relación del hombre con Dios”. “Toda la historia y toda la Escritura deben ser pensadas a partir de esta acción”. Esto significa que los acontecimientos que ocurrieron en el Antiguo Testamento se fundan sobre una acción futura, y sólo a partir de ella pueden ser comprendidas de manera adecuada. También significa que palabra, realidad e historia no pueden ser separadas la una de la otra. “Ya que la palabra de Dios opera lo que significa; si se miran las cosas a partir de Él, no puede darse separación entre acción y palabra”.[4]
[1] H. Schlier, Was heisst Auslegung der Heiligen Schrift?, en Bessinung auf das Neue Testament. Exegetische Aufsätze und Vorträge, 2, Freiburg 1964, pp. 35-62: 62 (tr. ital. Riflessioni sul Nuovo Testamento, Brescia 1976); cfr. Gnilka, Die biblische Exegese.
[2] Gnilka, Die biblische Exegese, p. 14.
[3] La Constitución Dei Verbum recuerda que en la interpretación de la Escritura atender “al contenido de toda la Escritura” (n.12, 3); cfr. H. de Lubac, L’Ecriture dans la Tradition, París 1966, pp. 148-166: “Concorde des deux Testaments”; P.J. Cahill, The Unity of the Bible, en “Biblica” 65 (1984), pp.404-411.
[4] Cfr. M. Arias Reyero, Thomas Von Aquin als exeget, Johannes verlag, Einsiedeln 1971, pp. 85. 102. 106-107, con varias citas de Santo Tomás de Aquino incluidas.
Hasta hoy ingreso en este portal y veo el extracto del artículo. Muy bueno.
Soy sacerdote de Venezuela (Ordenación sacerdotal en 1.983). Estudié teología bíblica en Navarra (1999-2001). Aunque he dado clases de sagrada Escritura en el seminario de la Arquidiócesis (Barquisimeto) fundamentalmente soy párroco (Parroquia Nuestra Señora del Carmen). Sin embargo he estado haciendo un trabajo personal sobre la exégesis de J. Ratzinger-Benedicto XVI en “Jesús de Nazaret” que me gustaría compartir con Vds. Agradecería mucho si me pudieran enviar por este medio el texto completo de la Conferencia del Car. J. Ratziner . La leí en la publicación de los PP. Luis Sanchez N. y Carlos Granados de Editorial Palabra: “Escriturar e interpretación” (2003). Gracias.
Estimado Padre:
Muchas gracias por su e-mail. Que yo sepa, Escritura e interpretación es un libro, publicado por ediciones Palabra de Madrid en el 2003, donde hay varias conferencias, entre ellas la de Ratzinger sobre “La interpretación bíblica en conflicto”. Yo no tengo un libro como para mandárselo. Habría que ver de conseguirlo (he visto que lo venden on line en Amazon y en casa del libro). Una parte importante de la primera conferencia (la de Ratzinger justamente) se puede ver en el portal libros de Google (https://books.google.it/books?id=PWG8ezOH9sUC&pg=PA18&lpg=PA18&dq=%E2%80%9CEscritura+e+interpretaci%C3%B3n%E2%80%9D+(2003)&source=bl&ots=Pz4pp8VOJH&sig=TGilop0mLCuNXotJFzrJRvOlIks&hl=en&sa=X&ved=0ahUKEwjV4PG0xarNAhUGShQKHc2KBXoQ6AEIMTAD#v=onepage&q=%E2%80%9CEscritura%20e%20interpretaci%C3%B3n%E2%80%9D%20(2003)&f=false).
En cuanto a su trabajo sobre la exégesis de Ratzinger, bienvenido si quiere enviarme algo. Le pido que me responda por este medio, y yo le escribo directamente a su e-mail dándole el mío.
Dios lo bendiga. Rezamos de modo especial por Venezuela, que entiendo tanto lo necesita. P. Carlos P.